LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
M:.M:.
Gerardo Bouroncle Mc Evoy
El psicólogo norteamericano Daniel Goleman acuñó el término de “Inteligencia Emocional” para
recoger una corriente de pensamiento que cuestiona el valor de la inteligencia
racional como principal fundamento para predecir el éxito social y profesional.
Nacido en california en 1947, Goleman dio a conocer este término en su libro
“La Inteligencia Emocional” en 1995 y desde entonces se ha convertido en libro
de cabecera de millones de personas.
Goleman nos dice que existen otros factores como la
tenacidad para afrontar las adversidades, la capacidad para motivarse, el
control de las emociones o la empatía con los demás, que influyen de una manera
más determinante en el éxito en las distintas facetas de la vida que la propia
inteligencia racional.
Estas habilidades garantizan el éxito en
profesiones donde la relación con los demás es importante como un médico, un
docente, un abogado, personas que realizan negocios, etc.
A menudo, observamos cómo las personas más
inteligentes no son necesariamente las que más triunfan en la vida. Tanto en el
ámbito laboral como en el social hay otras cualidades que son aún más
importantes. Hay personas que tienen una habilidad especial para manejar las
relaciones sociales, superar los obstáculos e invertir situaciones negativas.
Decimos de estas personas que tienen una gran inteligencia emocional. Ojo que
no confundamos inteligencia emocional con la popular “viveza” que en nuestro
medio es muy común; la gran diferencia es que este último sigue en las mismas
condiciones mediocres que lo rodean y su poder de relacionarse con las personas
no va mas allá de su entorno; la persona con inteligencia emocional en pocas
palabras le cae bien a todos mientras que este último siempre tendrá problemas
interpersonales ya que él “se cree el vivo”.
Hace poco el mismo Goleman ha lanzado un nuevo
concepto “La inteligencia ecológica” que define él mismo
como la capacidad de vivir tratando de
dañar lo menos posible a la naturaleza. Consiste en comprender qué
consecuencias tienen sobre el medio ambiente las decisiones que tomamos
en nuestro día a día e intentar, en la medida de lo posible, elegir las más
beneficiosas para la salud del planeta.
La paradoja reside en que cuanto más coherentes somos con su bienestar, más invertimos en el nuestro. Un ejemplo simple es usar pañuelos desechables para no usar los convencionales de tela y no tener que usar tantos detergentes al lavarlos y contaminar los ríos pero a su vez en realidad estamos generamos más basura, esto nos lleva a reciclar para no contaminar, pero generamos fábricas de reciclaje que también contaminan el medio ambiente.
La paradoja reside en que cuanto más coherentes somos con su bienestar, más invertimos en el nuestro. Un ejemplo simple es usar pañuelos desechables para no usar los convencionales de tela y no tener que usar tantos detergentes al lavarlos y contaminar los ríos pero a su vez en realidad estamos generamos más basura, esto nos lleva a reciclar para no contaminar, pero generamos fábricas de reciclaje que también contaminan el medio ambiente.
Esto parece ser un círculo vicioso que no
tiene cuando acabar; entonces yo creo que Goleman ha olvidado algo más
importante y es “la inteligencia espiritual”; puede sonar algo existencial de
mi parte; pero precisamente estos conceptos que nos trae el psicólogo son una
forma de llevar un mejor estatus social e inclusive económico, es decir que
estamos utilizando la inteligencia emocional pero para un medio de superación
externa; sin embargo cabe recordar que no es más rico quien más tiene sino
quien menos necesita; de igual manera no es más ecológico quien más limpia sino
quien menos ensucia.
Una persona con inteligencia emocional ha sido
capaz de desarrollar habilidades tanto internas como externas pero para
proyectarse hacia los demás; pero seguimos siempre en relación hacia lo externo
y no lo interno. Cada vez el ser humano acomoda sus necesidades y
requerimientos al entorno inclusive al hablar de inteligencia ecológica
estaríamos entrando en el mismo tema, solo lo externo.
La superación personal entonces ha llevado al
hombre a eso a superarse en ambientes competitivos y tratar de adquirir poder
social y económico; esto se conoce como el éxito; una persona exitosa no solo
lo refleja en su forma de ser sino en su trato con los demás, pero ¿no es acaso
el éxito una forma de conocimiento superior? Y si lo es, debería ser también de
superación del ser o interior?
Cuando se habla de superación espiritual,
generalmente estamos siempre refiriéndolos a personas que alcanzan un nivel
elevado de conexión con el ser superior y un mejor entendimiento de la vida y
del fin supremo del ser humano que es alcanzar la verdad. Entonces cuando una
persona llega a tener esa inteligencia emocional para el exterior debería
utilizarla para él mismo, para tratar de conocerse a sí mismo y para tratar de
dominarse de igual manera o como le decimos algunos: a dominar el ego, ya que
de tener inteligencia emocional a manipulación del ego no hay más que un paso.
“Conócete a ti mismo”; frase que siempre ronda nuestras mentes y que
quizás con la explicación de Goleman al tratar de manejar aquellas herramientas
internas como: autocontrol, automotivación, empatía y autoconocimiento emocional
nos llevaran al siguiente nivel que es el de motivación y perseverancia; el
manejar estas emociones quizás nos acercará a lo que hace siglos Sócrates se
refería al equilibrio y control emocional para alcanzar un mejor entendimiento
del ser y la vida.
Entonces el término de inteligencia emocional
no es más que una forma contemporánea de aplicar aquellas enseñanzas antiguas
para sobrellevar mejor estos tiempos modernos; lo que sí creo que olvido
Goleman es pues que las personas que poseen aquella inteligencia emocional y
solo quedan en superación socio económica podrían quedar estancados al no
averiguar algo que va un poco más allá que es el de aplicar esas herramientas
para manejarse a sí mismo.
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