miércoles, 16 de mayo de 2012

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
IN DEO FIDUCIA NOSTRA
HOMBRE VIRTUOSO Y HOMBRE PROFANO
En los preceptos de la ética masónica se nos dice que un hombre debe ser virtuoso, libre pensador y tener discreción absoluta. Pero en los textos de masonería se nos hace referencia que la virtud es una cualidad que se pide al candidato para ser iniciado. Algo contradictorio podríamos tener acá, ya que en los talleres es donde venimos a aprender y descubrir esas virtudes.
Entonces podríamos pensar que el profano aun no descubre que es realmente la virtud, esa cualidad humana la va a descubrir luego de iniciado en los talleres. Ya el V:.M:.en la liturgia del grado de Aprendiz le dice al 1er Vig:.
"¡Que entendéis por masonería?
El estudio de la filosofía y de la moral para conocer la práctica de las virtudes, profesión que hacen todos los MMas:.".
En el libro de los "33 temas del aprendiz" encontramos el concepto de la palabra virtud; viene de la lengua latina "virtus-utem". voz que se interpreta como la activi­dad, la capacidad o el poder de todas las cosas y sus causas, para mani­festarse a la vista o para producir determinados efectos; es la actividad o la eficacia que se demuestran en cualquiera acción tendiente a conservar o restablecer a la salud; indica también, a los factores que propor­cionan la fuerza, el valor y el vigor propios del hombre potente y de criterio firme; es la potestad, el poder o la facultad intelectual, para ejecutar a conciencia, las obras humanas.
En la ceremonia de iniciación el V:.M:. le dice al Recipiendario:
"Virtud, en su acepción moral es el hábito que se adquiere para obrar bien, independientemente de los preceptos de la ley, por solo la bondad de la operación y conformidad de la razón natural. Los esfuerzos que hagáis para dominar vuestras pasiones; las privaciones que sufráis para aliviar las aflicciones de vuestros semejantes, serán una virtud que enaltecerá vuestra alma".
Entonces están aquí en nuestros templos las virtudes? Pues en realidad luego de analizar estos conceptos debe quedar muy claro que las virtudes están dentro de nosotros y es trabajo del Masón encontrarlas. La piedra tosca es el estado imperfecto del ser humano; existen los vicios y las virtudes mezcladas, al ir venciendo a esos vicios y dominando nuestras pasiones es que llegamos a descubrirlas poco a poco.
En algunas religiones orientales los iniciados son alejados del mundo exterior para evitar estar en contacto con los vicios y con las personas que se dice que contaminan al ser humano; el masón no se aísla, no tiene porque, muy por el contrario es ahí donde empieza el verdadero descubrimiento de esas virtudes, al estar en el mundo profano y luchar día a día contra la adversidad y poder mejorar precisamente en bien de uno mismo y de los demás.
Entonces en la medida que nos dejemos dominar por esas pasiones profanas diremos que no solo no estamos construyendo nuestro templo de virtud sino que nos estamos quedando cada vez mas profanos.
Hace algún tiempo un Maestro Masón me hizo esta pregunta: ¿has dejado de ser profano solo por ser un iniciado o realmente has dejado de ser profano porque estas en camino de la verdad y de la virtud?
Esa pregunta debemos de planteárnosla a cada momento; en el mundo actual que vivimos lleno de injusticias, de desanimo y de guerras, ¿como podemos pelear contra ello? Necesitaríamos como esas religiones orientales aislarnos quizás?
Debemos hacer de la virtud un hábito y una costumbre pues solo así podremos no solo tener buenas acciones para con nosotros, sino para con los demás y generar conciencia humana y así tener sociedades más justas.
Pero, cuales son esas virtudes de las que tanto hablamos?
En "la república", platón describe las cuatro virtudes cardinales como:[]
  • prudencia
  • fortaleza
  • templanza
  • justicia
En la teología católica también son llamadas las virtudes cardinales; el cristianismo añadió a estas virtudes las llamadas virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.

Las virtudes teologales como su definición misma lo dice vienen de la voz griega theos que significa Dios, lo que significa que fue impuesta e inventada a nombre del Ser supremo, mientras que las cardinales tienen que ver con el bien honesto. Sin embargo y filosóficamente las virtudes teologales se convierten también en un pilar masónico ya que nuestros actos deben ser guiados por Fe; tener esperanza en nuestros ideales y siempre actuar con nobleza y altruismo que nos llevan a la caridad; esto lógicamente para el engrandecimiento no solo de nuestro templo interno sino de la sociedad misma.

Veamos pues esas virtudes:

La prudencia era simbolizada en la antigüedad por una efigie que como Jano tenía dos caras una de joven y otra de anciana; los egipcios la representaban por una serpiente de tres cabezas, una de perro, otra de león y otra de lobo, dando tal vez a entender con ello que el hombre prudente debe poseer la astucia de la serpiente, la paciencia del perro, la fuerza del león y la agilidad del lobo.
Entonces la prudencia es la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas.

La fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad, asegura asimismo la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.

La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados y compartidos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar por sus pasiones.

La justicia nace de la necesidad de mantener armonía entre los integrantes de una sociedad; es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
La justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quien le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honestidad; es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo.

Todas estas virtudes, propias del ambiente masónico, son las que de manera sincera debemos aprender y trabajar en nuestros talleres; para que no solo sirvan para que mis "Hermanos me reconozcan como Masón"; sino para que la sociedad Me reconozca como Hombre de Bien; esta es la verdadera labor del masón, ese trabajo que nos lleva a darnos cuenta de nuestros deberes para con nosotros, para con los demás y para con Dios.
Es mi Palabra V:.M:.
R:.L:.S:. INTEGRACION No 149
Q:.H:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Vall:. De lima 07 de agosto e:.v:.

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