A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
IN DEO FIDUCIA
NOSTRA
HOMBRE VIRTUOSO Y HOMBRE
PROFANO
En los preceptos de la
ética masónica se nos dice que un hombre debe ser virtuoso, libre pensador y
tener discreción absoluta. Pero en los textos de masonería se nos hace
referencia que la virtud es una cualidad que se pide al candidato para ser
iniciado. Algo contradictorio podríamos tener acá, ya que en los talleres es
donde venimos a aprender y descubrir esas virtudes.
Entonces podríamos pensar
que el profano aun no descubre que es realmente la virtud, esa cualidad humana
la va a descubrir luego de iniciado en los talleres. Ya el V:.M:.en la liturgia
del grado de Aprendiz le dice al 1er Vig:.
"¡Que entendéis por
masonería?
El estudio de la filosofía
y de la moral para conocer la práctica de las virtudes, profesión que hacen
todos los MMas:.".
En el libro de los "33
temas del aprendiz" encontramos el concepto de la palabra virtud;
viene de la lengua latina "virtus-utem". voz que se interpreta como la
actividad, la capacidad o el poder de todas las cosas y sus causas, para
manifestarse a la vista o para producir determinados efectos; es la actividad o
la eficacia que se demuestran en cualquiera acción tendiente a conservar o
restablecer a la salud; indica también, a los factores que proporcionan la
fuerza, el valor y el vigor propios del hombre potente y de criterio firme; es
la potestad, el poder o la facultad intelectual, para ejecutar a conciencia, las
obras humanas.
En la ceremonia de
iniciación el V:.M:. le dice al Recipiendario:
"Virtud, en su acepción
moral es el hábito que se adquiere para obrar bien, independientemente de los
preceptos de la ley, por solo la bondad de la operación y conformidad de la
razón natural. Los esfuerzos que hagáis para dominar vuestras pasiones; las
privaciones que sufráis para aliviar las aflicciones de vuestros semejantes,
serán una virtud que enaltecerá vuestra alma".
Entonces están aquí en
nuestros templos las virtudes? Pues en realidad luego de analizar estos
conceptos debe quedar muy claro que las virtudes están dentro de nosotros y es
trabajo del Masón encontrarlas. La piedra tosca es el estado imperfecto del ser
humano; existen los vicios y las virtudes mezcladas, al ir venciendo a esos
vicios y dominando nuestras pasiones es que llegamos a descubrirlas poco a
poco.
En algunas religiones
orientales los iniciados son alejados del mundo exterior para evitar estar en
contacto con los vicios y con las personas que se dice que contaminan al ser
humano; el masón no se aísla, no tiene porque, muy por el contrario es ahí donde
empieza el verdadero descubrimiento de esas virtudes, al estar en el mundo
profano y luchar día a día contra la adversidad y poder mejorar precisamente en
bien de uno mismo y de los demás.
Entonces en la medida que
nos dejemos dominar por esas pasiones profanas diremos que no solo no estamos
construyendo nuestro templo de virtud sino que nos estamos quedando cada vez mas
profanos.
Hace algún tiempo un
Maestro Masón me hizo esta pregunta: ¿has dejado de ser profano solo por ser un
iniciado o realmente has dejado de ser profano porque estas en camino de la
verdad y de la virtud?
Esa pregunta debemos de
planteárnosla a cada momento; en el mundo actual que vivimos lleno de
injusticias, de desanimo y de guerras, ¿como podemos pelear contra ello?
Necesitaríamos como esas religiones orientales aislarnos
quizás?
Debemos hacer de la virtud
un hábito y una costumbre pues solo así podremos no solo tener buenas acciones
para con nosotros, sino para con los demás y generar conciencia
humana y así tener sociedades más justas.
Pero, cuales son esas
virtudes de las que tanto hablamos?
- prudencia
- fortaleza
- templanza
- justicia
Las virtudes teologales como su definición misma lo dice vienen de la voz griega theos que significa Dios, lo que significa que fue impuesta e inventada a nombre del Ser supremo, mientras que las cardinales tienen que ver con el bien honesto. Sin embargo y filosóficamente las virtudes teologales se convierten también en un pilar masónico ya que nuestros actos deben ser guiados por Fe; tener esperanza en nuestros ideales y siempre actuar con nobleza y altruismo que nos llevan a la caridad; esto lógicamente para el engrandecimiento no solo de nuestro templo interno sino de la sociedad misma.
Veamos pues esas virtudes:
La
prudencia era simbolizada en la
antigüedad por una efigie que como Jano tenía dos caras una de joven y otra de
anciana; los egipcios la
representaban por una serpiente de tres
cabezas, una de perro, otra de león y
otra de lobo, dando tal vez a entender
con ello que el hombre prudente debe poseer la astucia de la serpiente, la
paciencia del perro, la fuerza del león y la agilidad del
lobo.
Entonces la prudencia
es la virtud
de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso
y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás
personas.
La
fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el
temor y huir de la temeridad, asegura asimismo la
firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de
aceptar el eventual sacrificio de la
propia vida por una causa justa.
La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados y compartidos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar por sus pasiones.
La justicia nace de la necesidad de mantener armonía entre los integrantes de una sociedad; es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
La justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quien le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honestidad; es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo.
Todas estas virtudes,
propias del ambiente masónico, son las que de manera sincera debemos aprender y
trabajar en nuestros talleres; para que no solo sirvan para que mis "Hermanos me
reconozcan como Masón"; sino para que la sociedad Me reconozca como Hombre de
Bien; esta es la verdadera labor del masón, ese trabajo que nos lleva
a darnos cuenta de nuestros deberes para con nosotros, para
con los demás y para con Dios.
Es mi Palabra
V:.M:.
R:.L:.S:. INTEGRACION
No 149
Q:.H:.
Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Vall:. De lima 07 de
agosto e:.v:.
Excelente Dilucidar conceptos
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