miércoles, 16 de mayo de 2012


MÁS ALLA DE LOS TOCAMIENTOS
El primer lindero de la francmasonería nos habla de los modos de reconocimiento, uno de ellos y el más hermoso definitivamente es el de los tocamientos. Pero, al estar en nuestras tenidas o cuando nos encontramos frente a otro H:. lo hacemos como es debido o solo ha quedado como un elemento ritualísico?
El salmo 133 nos recuerda con su enunciado “cuan bueno y delicioso es habitar los hermanos juntos y en armonía”. Esto nos dice a los masones que tenemos que vivir en estrecha unión y paz eterna; la única forma de lograrlo es de ser todos iguales o de reconocernos como iguales, es decir como Hermanos.
Ya desde la antigüedad el ser humano ha tenido que utilizar sus sentidos para reconocerse los unos a los otros, desde la vista, el olerse y con el correr del tiempo formas de saludos visuales y táctiles y señas particulares para identificarse o llevarse inclusive mensajes de unas personas a otras hasta llegar definitivamente al habla. El primer sentido que desarrolla el ser humano, aun antes que el oído, es el tacto. En él se fundamenta nuestro sentido de relación con el mundo que nos rodea, ya que nos proporciona una información más profunda, rica e intensa sobre nuestro entorno. Quizás por ello la primera forma de reconocimiento en los masones es precisamente la táctil y asimismo es la primera que se le enseña al ser iniciado.
El cuerpo humano posee más de cinco millones de receptores del tacto llamados tactoreceptores, estos envían sus impulsos nerviosos a través de la médula espinal hacia el cerebro en donde ocurre la liberación de serotonina, adrenalina, endorfinas, calcitonina y otras muchas sustancias necesarias para el equilibrio del individuo y para enviar una respuesta adecuada. Por ejemplo cuando tocamos un alfiler y nuestra respuesta es de dolor y rechazo, pues ese estimulo viajo en millonésimas de segundo por nuestra vía neurológica, asimismo se dieron respuestas para otros órganos dando como resultado cambios en la presión arterial, el flujo linfático o la contractilidad intestinal y mucho más. Más de tres mil de estos tactoreceptores se encuentran en las manos. Tocar con las manos le ha valido al ser humano conocer no solo el entorno sino una mejor manera de relacionarse con el medio externo, el sentido del tacto entonces influye de una manera poderosa en nuestras relaciones interpersonales.
El tocar para el ser humano es imprescindible para la vida, podríamos padecer enfermedades físicas y mentales si es que se nos privara de tocar. Las manifestaciones fundamentales de cariño son siempre táctiles. Desde el primer abrazo de la madre al recién nacido hasta el apretón de manos de los amigos. El sentido del tacto está siempre presente en nuestras vidas, no sólo como un sistema de información y equilibrio físico-químico, sino también porque a través suyo se plantea el intercambio de feromonas y de manera especial el intercambio a nivel energético.
Al ponernos en contacto físico con otra persona el organismo es capaz de poner en marcha una serie de mecanismos de orden biológico elemental, fundamentados en la reacción general de adaptación y en la producción de una serie de sustancias que favorecen el equilibrio orgánico, lo que desde la más remota antigüedad ha sido utilizado como un importante elemento en el arte de curar; ya que al presionar la superficie de la piel se produce una dilatación de los vasos superficiales, lo que disminuye la presión arterial, aumenta el transporte de oxígeno a los tejidos, mejora el drenaje linfático y eleva el nivel de endorfinas en la sangre, rebajando los de cortisol y epinefrina, hormonas que tienen funciones relacionadas con la estimulación del sistema inmunológico o de defensa asimismo con el sistema de alerta.

Paracelso decía que la materia es una forma de energía que se interrelaciona; es decir, que cuando la mano de una persona se acerca a la de otra, los niveles de energía sutil se interpenetran no siendo advertidas por nadie mas. Ese intercambio de energías muy parecido al de dos campos magnéticos de alta intensidad hacen de los cuerpos vivientes ese llamado cuerpo etérico que se considera como un patrón energético según la alquimia.
En el ritual de la Masonería los tocamientos sirven como medio de reconocimiento pero a la vez como demostraciones de afecto, de respeto, de fraternidad y de unión. Son medios indispensables no solo para el efecto de reconocerse entre hermanos sino también como para poder distinguir sus diferentes categorías y los grados simbólicos en que trabajan los masones. Pero no solo veamos la parte externa del tocamiento sino la interna también; esa energía que se transmite de masón a masón; se usa la mano derecha como esa extensión del cuerpo transmisora de la energía que es la fiel interpretación de la voluntad humana es decir del criterio y de la inteligencia del hombre. Es por eso que se utiliza en la masonería la mano derecha, la cual esta gobernada por el hemisferio izquierdo del cerebro que es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos. Es por ello que para la transmisión también de algunos signos en la masonería se emplea la mano derecha.
Para el mundo profano un tocamiento quizás no va mas allá de un simple apretón de manos, pero para los masones no debe quedar en algo ritualísico tampoco, cuando vemos el efecto fisiológico y energético que ello conlleva; el efecto mágico de un tocamiento, vemos que es capaz de transmitir ese cuerpo etérico que conecta esa materia con el universo primero interno y luego externo.
RR:. Y QQ:.HH:. Realicemos ese tocamiento con el debido orden ritualísico y esotérico que ello conlleva, hagamos de nuestros rituales no solo una forma de vida dentro de la masonería, hagamos de ese tocamiento un reconocimiento a nuestros Hermanos para poderles transmitir no solo los signos exteriores de afecto, de cariño y respeto sino esos signos interiores de sabiduría, fuerza y belleza que todo masón lleva consigo, transmitamos la energía necesaria para que bajo los principios fundamentales de nuestra Orden encontremos la verdadera unión que el salmo 133 nos dice. Ese lenguaje mudo sea también una muestra de discreción en el camino del aprender, conocer e investigar filosófica y moralmente hacia los caminos de la verdad.
Resumiendo, debemos tener claro algunos preceptos que forman la base del primer lindero respecto al tocamiento:
1. Como una costumbre en recuerdo de los primeros Aprendices, compañeros y Maestros de Hiram y que según la tradición, la Francmasonería especulativa las debe continuar y mantener. Estos "Secretos" son importantes para la existencia de la Masonería.
2. Como signos que sirven para extender la hospitalidad y beneficencia entre los Hermanos de todo el mundo, ya que son aplicables en forma universal.
3. Como un sistema educativo especial que provoque al Hermano el deseo de aprender más y tender al descubrimiento de la Verdad.

R:.L:.S:. INTEGRACION No 149
Q:.H:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Vall:. De lima 2 de setiembre e:.v:.

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