Librepensamiento:
Cuando mi abuela murió, dejo muchas cosas como herencia a sus hijos, entre ellos mi padre; sin embargo, tuvo un pequeño detalle de dejarme algo a mí, su nieto. Sus últimos años de vida tuvo una gran inclinación conmigo debido a que era el único que la acompañaba y hacia sus lecturas siempre al atardecer. Sentada en aquella mecedora de mimbre y ese vaiven constante daba la impresión que nunca cesaría.
Durante muchos años no supe de aquella "herencia de mi abuela" hasta que cumplí 25 años y mi padre me la entregó. Era una alfombra muy grande de alpaca que permanecía enrollada en una funda de color negro y su reloj de pared, que era un mueble de madera con péndulos y que había que darle dos cuerdas, una para las manecillas del reloj y el otro para activar el sonido de las campadas. Nunca entendí el significado de aquel extraño legado de mi abuela, y así permaneció muchos años en el depósito de mi casa.
Hace unos días le pedí a mis hijos ayudarme a sacar cosas del depósito que como de costumbre se llena cada cierto tiempo de aquellas cosas que "algún día vamos a usar" y como de costumbre ocupan espacio y terminamos botando.
Mi hijo menor de 12 años muy curioso noto aquel fardo inmenso en un rincón y me pregunto: ¿y eso?
Ah- respondí; es mi herencia.
Sus ojos brillaron al oír esa palabra: ¡¿Es Dinero?
jajaja- no - respondí. La abuela me dejo dos cosas muy curiosas, esa alfombra de alpaca enrrollada...... y ves esa caja? ahí hay un reloj de pared.
Marcelo me miro muy intrigado: ¿Y porque no lo has usado?
Pensé en hacerlo, pero pasó el tiempo y ya ves, lo Olvidé - respondi con tristeza.
Luego de la limpieza del depósito en la casa saque aquella alfombre enrollada y sin pensarlo dos veces la envié a la lavandería; con el reloj, no me quedó más que sacarlo con cuidado de aquella caja.
Al verlo se vinieron muchos recuerdos de mi abuela, el olor mismo de esa madera me hacia recordar al mimbre de su mecedora y a esas tardes de lectura. Con un líquido especial de madera procedi a limpiarlo y sacarle brillo; con un limpiametales poco apoco empezaron a recobrar brillo esas manecillas doradas y ese péndulo que parecía un sol de lo amarillo y radiante
Al colocarlo en la sala, empecé a darle las cuerdas y en el acto empezó un tic tac que me hizo estremecer como si me hubiese pasado corriente. Luego de unos minutos y al sincronizarlo empezó a dar de campanadas, los ojos intensos de Marcelo se pusieron sobre mí y dijo: ¡¡¡Que lindo suena!!!
Esa era la expresión que yo ponía cada vez que mi abuela me ordenaba darle cuerda.
al día siguiente llego la alfombra y al desenrollarla apareció ante mí un espectáculo maravilloso; aquella alfombra de Alpaca de color marfil resplandecía de lo bella que se veía; la colocamos en la sala y parecía inmediatamente que estábamos en otro lugar. Me saque los zapatos para no ensuciarla y camine lentamente sintiendo lo suave y cálido de aquel bello tejido.
Marcelo me vio sentado, se quitó los zapatos y camino hacia mí. mirándome me dijo: La casa se ve más linda, lo has notado?
Si- respondí- no pensé que estos dos objetos pudieran cambiar tanto el aspecto de la sala.
Mi hijo mayor Joaquín nos vio, se sacó también los zapatos camino hacia mí y me dijo: ¿qué crees que te quiso decir tu abuela con esto?
por unos momentos me quedé con la mente en blanco y vi a mi abuela sentada en su mecedora mirándome a los ojos y diciéndome: ¿Que has aprendido hoy?
Al volver a la realidad.......... me di cuenta tantas cosas que hablamos y al fin entendí, mis ojos se llenaron de lágrimas y empecé a sonreír......
Joaquín me vio y me dijo: ¿Ya lo sabes?
si - hoy después de tantos años recién lo puedo entender, que tonto he sido, como no lo vi antes?
Esa alfombra es para hacerme acordar siempre que debo tener los pies en la tierra, y sin zapatos al estar descalzos saber que todos somos iguales, lo que nos ponemos solo nos diferencia externamente; depende de cada uno de nosotros es saber quiénes somos y en donde estamos........
En ese momento sonó el reloj.
Joaquín volteo y me dijo: ¿y eso?
Pues algo que siempre me dijo: Tu eres dueño de tu tiempo; nada en el mundo te pertenece más que el tiempo que tienes; así que úsalo bien.
que señora no?!!!!…. hoy no solo tengo su recuerdo sino su presencia; aprendí mucho de ella, pero más que eso, es lo que nos ha dejado a todos los que tenemos su sangre por las venas…. cada campanada que de ese reloj nos hará recordar quienes somos y donde estamos....... cada tic tac nos contara los pasos que damos con seguridad y con decisión, pero no olviden chicos de sacarse los zapatos de vez en cuando para poder conectarnos con este suelo por el que paso la abuela y que quiere hacernos andar.
Ya por la noche caminé hacia la alfombra y me recosté en ella…. luego de unos minutos mi esposa se acercó y admirada me dijo: ¿estas nostálgica?
la miré a los ojos y soltando un par de lágrimas le dije: te das cuenta que la gente que nos deja de este mundo, nunca se va? te das cuenta que no puedo decir "yo quería a mi abuela?" en tiempo pasado...... porque el amor nunca muere....... porque la sigo amando y he aprendido algo más: ......... "Yo quiero a mi abuela"...... en tiempo presente.
Sonó el reloj dando doce campanadas.........
Fraternalmente
Gerardo.
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