miércoles, 2 de julio de 2014

Cuento: La enseñanza de un niño



LA ENSEÑANZA DE LOS NIÑOS

Hace una semana acudí al colegio de mi hijo Marcelo cumpliendo con una invitación de la Maestra para poder conversar con los niños y explicar un poco que hacemos los papas de sus compañeros. Desfilaron abogados, administradores, empresarios, etc. Mi turno llego y me puse al medio de 36 niños entre 4 y 5 años del Kindergarten de mi hijo.

Estuve un poco nervioso ya que es la primera vez que tengo un público tan singular, generalmente hablo a personas mayores y la atención es más racional hasta cierto punto; tratar de hablar a niños se hace un poco complicado sobretodo porque uno debe hablar en lenguaje comprensible y además en forma directa y sin tanto rodeo.

Explicarles a los niños que hace un Médico se me hizo un poco más fácil que a los demás padres ya que ellos hasta cierto punto están familiarizados con la figura del Doctor que es el que los cura, los examina, les da sus jarabes y hasta los vacuna. Sin embargo para no hacerlo muy aburrido, lleve muchos de los aparatos que usamos los médicos en una consulta, un estetoscopio, una linterna con baja lenguas, un otoscopio (para el oído), un termómetro y un tensiómetro para medir la presión arterial acto que realice claro con la maestra.

Luego de muchas intervenciones de los niños que levantaban la mano muy emocionados por querer responder a mis preguntas una niña de ojos muy grandotes se me acerco al oído y me dijo:

-      “yo tengo mucha flema en mi garganta”.

Otro niño que no paro de levantar su manito corrió muy rápido hacia mi otra oreja y me dijo:

-      A mí no me gusta tomar jarabes”

Una niña que estaba sentada y con su manito elevada se me acerco corriendo y me dijo:

-      A mí me pusieron una vacuna en mi pompis y me dolió muuuucho.

Ante la avalancha de niños y de sus múltiples consultas y reclamos, les hice muchas preguntas sobre sus actividades diarias; les pregunte sobre su desayuno, sobre si hacen ejercicios y si comen saludablemente; luego les repartí unos folletos para pintar que les había llevado y unos estuches de plumones para que pinten al respecto.

Al despedirme uno de ellos se me acerco y me dijo:

-      Doctor, cuando me enferme puedo ir a visitarte?

Lo mire fijamente y lo abrace y le dije:

-      Por supuesto, todos cuando se sientan enfermos, llámenme por teléfono y los visitaré.

Una niña con unas colas preciosas levanto su manito y me dijo:

-      Me puede dar su teléfono?

Luego de aquella presentación y de despedirme de los niños y de agradecerle a la maestra por la iniciativa y por haberme hecho pasar uno de mis mejores días de mi vida, volví a mis labores diarias de Médico.

Por la noche y en los trabajos logiales uno de mis H:. Se percató que estaba yo con  una sonrisa de oreja a oreja y me pregunto:

-      Hermano, te veo muy radiante, podrías compartir con nosotros el motivo de vuestra dicha?

Me incorpore y al recordar la mañana tan bella empezaron a mojarse mis ojos con unas lágrimas de emoción y dirigiéndome a mis HH:. les dije:

-      Hoy en la mañana he conocido lo que es: Ser puro y ser espontáneo;  he recibido la lección más grande del mundo que es de un niño, que al acercárseme lo ha hecho con cariño y amor, pero sobre todo lo que me dijo no lo hizo pensando en caerme bien o no, lo hizo porque sus palabras le salieron de su alma y de su corazón.

Luego de una pausa y de secarme unas cuantas lágrimas que brotaron de mis ojos, volví a dirigirme a los HH:.

-      Cuando empezamos nuestro camino Iniciático, volvimos a nacer, esos años de Aprendiz, son como los del niño que visité, se imaginan si pudiésemos mantener esas tres cosas en nuestras vidas siempre?

-      La pureza……….

-      La espontaneidad……….

-      Y ese no querer caerle bien a nadie……….

Camine unos pasos y me dirigí a un aprendiz; y dirigiendo al resto de HH:. dije "pues creo que a veces nos olvidamos que esas enseñanzas de un niño son las debemos de tener presentes en...............

-      La pureza……….. es lo blanco de nuestros mandiles

-      La espontaneidad, es acercarnos y estrechar nuestras manos con Amor de Hermanos…….

-      Y ese no querer caerle bien a nadie………… es hablar con  sinceridad………

Ya por la noche en mi hogar, creo que no paraba de sonreír y de tratar de que aquel día sea un recuerdo siempre de lo que tenemos que hacer en nuestra vida diaria; mi esposa me miró y me dijo:

-      Marcelo me contó que los niños estuvieron muy felices con tu visita al colegio. Que les dijiste?

La miré a los ojos y con un nudo en la garganta le respondí:

-      Les dije que quería ser su amigo.


  (Gerardo Bouroncle Mc Evoy  M:.M:.) 

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