lunes, 3 de septiembre de 2012

LA IMAGEN DE CRISTAL
M:.M:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Hace algún tiempo dando una clase a unos colegas Médicos sobre la atención al paciente grave, les decía que siempre debemos ser no solo amables sino que debemos infundirle optimismo a nuestro paciente. Claro que a un paciente con una enfermedad terminal el optimismo muchas veces es lo último que le importa, sin embargo les mencioné esto porque me ocurrió algo muy particular con uno de ellos.
Al abrir la puerta del consultorio recibí como de costumbre con una sonrisa a mi paciente; se sentó y me miró y me dijo:
“Doctor Tu siempre estas sonriendo, como me gustaría ser como tú, poder sonreír como si nada me pasara”.
Lo miré fijamente a los ojos y le dije: No sonrío porque soy feliz; simplemente soy feliz porque puedo sonreír, porque tengo motivos en mi vida que me hacen feliz, quizás son tres o cuatro, pero son los que me mantienen con vida.
Claro que mi paciente no entendía el significado de lo que le decía: mira, yo también tengo deudas, cuentas que pagar, tengo riñas con mi esposa, discrepancias con mis hijos, tengo que cumplir con obligaciones sociales, tengo jaquecas, etc. Tengo los mismos problemas que cualquier persona en el mundo, pero ¿qué es lo que me diferencia de ellos? Mi actitud y el poder darme cuenta de que esas cosas están ahí para aprender como cualquier persona. No son un obstáculo en mi vida, son situaciones que abren mis ojos.
Hace unos años mi abuela me conto un cuento:
“Resulta que un día Dios hizo una obra perfecta de cristal, tan perfecta que solo era comparado con su forma de ver la belleza de las cosas, cierto día esta obra cobro vida, sin embargo no había sido concluida. Dios le dijo que no se moviera del pedestal en el que estaba puesto, lamentablemente esta desobedeció y cayó al suelo rompiéndose en miles de pequeñísimos cristales.
Al ver esto, dios se echo a llorar y sus lágrimas fueron tan numerosas que los cristales se comenzaron a mojar y algunos de ellos lograron unirse nuevamente, pero muchos quedaron dispersos.
Esa es la gran Obra de Nuestro creador, somos parte de esa imagen de cristal, el día que nos volvamos a juntar todos en un solo pensamiento lograremos volver a estar en ese pedestal”.
Mi abuela me explico lo siguiente: cada pedacito de cristal es una persona, cada uno está en un lugar distinto y en situaciones distintas, pero todos tenemos que estar preparados para formar nuevamente esa figura; el ser humano tiene que aprender muchas cosas a lo largo de su vida, a todos nos ha tocado un camino distinto, pero todos iremos en un rumbo definido ya que nuestro lugar encajará perfectamente con la de los demás. No hay mucho que aprender como dicen algunos, solo hay una cosa que aprender y es a Amar; esa imagen de Cristal fue hecha con amor y solo eso es lo que la volverá a unir. Cada pedacito de cristal está disperso por todos lados, unos debajo de una mesa, unos debajo de una silla, unos en la tierra, otros en el agua, etc. Cada uno está en un medio distinto; el ser humano desarrolla en un medio completamente distinto al de otro, vive situaciones distintas, pero ¿qué hay que aprender de ello?. Ahí está la clave.
Por la noche me aliste con mi smokin y me dispuse a ir a mis trabajos Logiales, al llegar me encontré con dos aprendices, quienes muy intrigados me preguntaban sobre la simbología de nuestros templos; me acorde inmediatamente de la historia de mi abuela y les dije:
Cada uno tiene un significado y cada uno tiene también un lugar en el templo, sin embargo cada uno de vosotros vais a darle un significado peculiar ya que el momento en el que están viviendo hoy no es igual entre ustedes; si miran el pavimento mosaico verán que hay blanco y negro; quizás para uno el negro está alineado con el blanco, quizás para el otro aprendiz el blanco esta alienado con el negro; esa es la verdadera esencia de Ser un Masón, saber que hay delante nuestro e identificarlo en el momento de nuestras vidas, darle la interpretación adecuada y poder aprender que significa en mi vida diaria.
En el camino del aprendizaje, solo necesitamos una luz en el camino, somos parte de un todo, nadie camina sin el otro al costado, somos pequeños cristales de una gran escultura, las experiencias de vida y los momentos de nuestro saber estarán marcados desde hoy por esos símbolos que de una u otra manera nos dirán cual es el lugar exacto que tenemos hoy y cuál es el verdadero camino que debemos seguir. Cada cosa que aprendan debe servir para tener un poco de luz en vuestros caminos aquí dentro de la Logia; cuando mañana vayan a sus labores personales notarán algo muy peculiar y es que ese mismo símbolo lo verán reflejado en la calle, en la forma de conversar con los demás, en la forma de pensar, en la forma que le hablan a sus seres queridos, pero sobretodo lo verán reflejado en la imagen de un espejo que cada vez que lo miren podrán esbozar una sonrisa, la misma que les dirá hay un motivo para sonreír y es que cada día “siento soy un poco mejor que ayer”.
Desde hoy QQ:.HH:. Aprendices, cada vez que alguien les diga ¿porque sonries? sabran en su interior que la respuesta correcta es: "porque voy en el camino correcto".

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