miércoles, 9 de abril de 2014

Ensayo a mi Abuela


EL ENSAYO A MI ABUELA
Autor: Gerardo Bouroncle Mc Evoy M:.M:.
Mi abuela siempre me decía que “el clavo que más sobresale en una madera es el primero que recibe el martillazo”; cuánta razón tenía cuando se refería a las personas que por ahí sobresalen con alguna conducta aparentemente inadecuada para los demás, así como aquel personaje Judío de hace dos mil años llamado Jeshua que terminó crucificado. Siendo muy católica mi abuela y lectora ferviente de las antiguas escrituras;  en sus últimos años de vida era yo el encargado de darle lectura a las mismas porque sus ojos cansados por los años y por una catarata galopante no le permitían seguir con aquellas lecturas.
Sus ojos eran los míos, me convertí en el mayor receptor de luz para aquella anciana tan llena de sabiduría y tan llena de un carácter recio e indomable; Arequipeña y de gustos muy refinados, mi abuela siempre se sentaba en la mesa a comer y aun en sus últimos años de vida nunca dejó de arreglarse para tal evento. Se iba a su dormitorio a peinarse y arreglarse para ese acontecimiento diario que era sentarse a la mesa a comer, con los cubiertos adecuados y con una mesa impecable hacía de los almuerzos un verdadero festín, no solo por la calidad de alimentos y variedad sino por el ritual tan hermoso que partía por los lugares de cada uno en aquella mesa gigante, poniendo en la cabecera antiguamente al abuelo y ahora a mi padre. El uso de los cubiertos y la servilleta, así como el orden del 1er plato, el segundo y el tercero hasta el postre y posteriormente la sobremesa, que era el mejor momento para los chicos.
Esperar las opiniones del día sobre algún acontecimiento y el pequeño debate entre las mentes mayores de la casa se convertía en un deleite para mí que de vez en cuando intervenía ante el asombro de mis hermanos. No solo me encargaba de leerle la biblia a la abuela sino también su diario; era un niño quizás bien informado y conocía la guerra de Vietnam al dedillo. Porque el entonces abrir un diario era encontrar acontecimientos nacionales e internacionales con alguna nota humorística propia de alguna rareza del comportamiento humano.
Con el correr de los años, estas costumbres tan bellas se han venido a olvidar un poco y se están perdiendo en la memoria de los últimos que lo vimos.
Hoy sentarnos a la mesa se ha convertido casi en una tortura ya que nadie quiere comer lo que está ahí, todos quieren comer lo que mejor les parece, ya no se habla porque al final no hay debate entre los padres sino solo discusiones. Los hijos están creciendo en un campo de batalla en que la lamentable igualdad la de géneros ha hecho que la madre se crea con los mismos derechos que el padre y el padre con los mismos deberes que la madre; siendo roles completamente distintos tanto en derechos como obligaciones; esa pérdida de identidad y control de un hogar se ha venido a menos reforzado por que la empleada del hogar es la que decide que está bien y que está mal, y se tiene que acatar estas reglas porque si no se va a otra casa.
Los cambios sociales no vienen por las guerras ni por las economías mundiales, vienen desde adentro, desde sentarse en una mesa a comer y decirle Papá al Papá y Mamá a la Mamá.
Hace unos días me calificaron de Machista cuando a una Madre que había dado a luz le dije: Mira, tienes tres meses de descanso en tu trabajo para que atiendas a tu hijo; eso implica que tu esposo no. Se puede saber porque lo tienes que levantar a las 3 y a las 5 de la mañana para que le cambien el pañal a tu hijo,  si es que él se tiene que levantar a las 6 para ir a trabajar?. Sabes cómo va a ser el día de este hombre? Una verdadera desgracia porque no duerme nada. Tú de otra manera estarás en casa y tendrás algún momento para descansar hasta que tu bebe podo a poco se acostumbre a su nuevo hogar. Cuando vuelvas al trabajo la cosa cambiará.
Y aquí viene lo de los roles y derechos, el hombre venido a menos porque simplemente alguien le metió en la cabeza a la mujer que él también tiene que amanecerse contigo y sufrir las desveladas y al día siguiente ir a trabajar como pueda y tener un día realmente lamentable.
Machista o no, mi respuesta fue: Imagina que tu esposo duerme y descansa y temprano se va a trabajar, tiene un día productivo llega a la casa y te ayuda con el trabajo del día y con tu bebe. Pero imagina a ese hombre que está muerto de sueño y ha hecho mal su trabajo, que ha tenido un día horrendo con maltratos, como llega a tu casa? Lo único que quiere es descansar y no verte ni a ti ni a tu hijo.
Si pues;  cada vez hay más divorcios, separaciones,  hogares destruidos y disfuncionales, pero estos frecuente que son los disfuncionales han llegado a verse como normales y hoy en día un hogar con papa y mama se ve como una rareza, ya que el hogar de la mayoría de niños está compuesto por el papa y su amiga, la mama y su amigo, o los novios de los papas; o inclusive la novia de mamá.
Mi abuela en una de esas tertulias por la cena dijo un día: “Cuando el hombre deje de sentarse a la mesa a comer se habrá convertido en un verdadero animal. Si algo nos diferencia del resto de seres del planeta es que nos sentamos a degustar nuestros alimentos”. Cuánta razón tenía mi abuela, quizás no estamos siendo atacados por una ola de tecnología, de avances o de modernidad; el ser humano tiene el mismo tamaño del cerebro desde hace 10 mil años, su capacidad intelectual es exactamente la misma, hemos mejorado nuestras condiciones externas de vida, pero las internas cada vez son peores; el ser humano utiliza animales de experimentación para evaluar la conducta y compararla con la de otro ser humano; sin embargo al salirse de esos parámetros ya es catalogado de animal. Pues bien, que tan evolucionados estamos siendo o que tan animales estamos aprendiendo a ser? Sentémonos hoy a la mesa  almorzar y nos daremos cuenta que camino estamos siguiendo.
El tener un modo de pensar distinto como dije al principio siempre será motivo de crítica, el hablar de manera distinta con un poco de lógica y criterio también lo será, es mejor el pensamiento de masa que el individual por que al igual que el clavo, uno recibirá el primer martillazo en la cabeza.
 

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