miércoles, 9 de abril de 2014

Profano con Mandil

A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.
L.·.I.·.F.·.
PROFANO CON MANDIL
Autor: M.•.M.•.  Gerardo Bouroncle Mc Evoy (“Conversando con el Aprendiz”)
Luego de muchos meses de alejamiento por un viaje inesperado regrese a mis trabajos en Logia y con gran asombro vi que la columna de los aprendices cada vez estaba más vacía, hasta llegar a distinguir a un solo aprendiz.
Este aprendiz se me acerco y me hizo una pregunta:
¿Sabe Maestro porque los demás Aprendices se han ido?
No lo sé, podrías decírmelo tú? – respondí.
Creo que en todos estos días y luego de la iniciación que fue muy bella, lo que siguió simplemente no es lo que esperábamos; como que después de ese día de algarabía algo pasó y está todo en calma.
El rito de Iniciación es un acto muy bello y sublime; las tenidas son una continuación de ello; lamentablemente algunos Hermanos a veces se dedican a labores no Masónicas y es cuando te das cuenta que todavía hay profanos con mandil dentro de nuestros templos que se entrampan en debates absurdos y son un impedimento para que nuestros aprendices tengan el interés necesario en seguir trabajando.
¿Qué es un profano con mandil? ¿Existen?
Sí, siempre hay uno que otro, pero aunque no lo creas son muy necesarios; te contaré que en la antigüedad los reyes que gobernaban supuestamente tenían mucha sabiduría y para poder equilibrarla debían de tener en la corte personas que les recordaran siempre que el ser humano no es sabio sino más bien ignorante; es por ello que estas personas tenían ese rol, eran los llamados “bufones”.
¿Un bufón era eso?
Si, era un personaje que tenía casi los mismos privilegios de toda la corte incluido el rey; si te das cuenta ocupaba un buen sitio dentro del palacio, comía con el rey, se sentaba en su mesa y departía las sesiones con la corte en donde se tomaban decisiones importantes; es decir era un personaje tan importante como cualquiera de ellos, era un igual entre sus iguales.
¿Es decir que un profano con mandil es como un bufón?
Exacto, el nombre puede parecer ofensivo, pero sin embargo estos personajes que pululan por ahí en nuestros templos son el mejor ejemplo de que todavía existe ignorancia en el hombre y es trabajo y menester del verdadero masón trabajar en ello. El bufón de la corte hacia estupideces para que el rey y la corte rieran a mas no poder y se dieran cuenta que el hombre si es capaz de tener actitudes realmente inapropiadas, pero eran el equilibrio que le hacía falta a las personas con un conocimiento superior para modificar esas carencias de conducta en uno mismo.
El profano con Mandil, es esa persona que cuando entra al templo mira la piedra tosca esperando verla algún día cambiada y nunca se enteró que esa piedra tosca vive dentro de nosotros, por ello él nunca la ve, pero el verdadero Masón si la ve; la conducta de este profano con Mandil realmente no será adecuada, y siempre será el motivo por el cual se genere un desequilibrio en la Logia pero precisamente para contrarrestar en buen trabajo y para encontrar el camino adecuado.
¿Aún hay algo que no entiendo; si vos habéis descubierto a ese profano con mandil, porque es que lo mantienen aún, no deberían sacarlo?
No, como te repito él es igual entre nosotros y cuenta con los mismos derechos en el camino de la virtud; mientras unos avanzamos, pues él siempre nos recordará que el hombre aún sigue en el camino del perfeccionamiento, siempre tiene esa parte tonta que debe trabajar constantemente a fin de hacer provechoso el trabajo de la Logia. Sin embargo es menester de cada Masón descubrirlo; ya que podríamos equivocarnos con él; recuerda que ese bufón era a la vez una persona inteligente ya que su accionar era deliberado, él sabía que debía actuar como un tonto; al final se había desprendido de su propia personalidad para adoptar una totalmente absurda.
Ahora entiendo menos, entonces ¿dónde está el verdadero bufón?
Muy simple, primero búscalo en ti mismo, y luego te darás cuenta donde lo podrás encontrar en otro; conócete a ti mismo y sabrás como llegar a ese equilibrio. Lo descubrirás en realidad cuando digas: “Yo no quiero ser así”.
¿Y que pasa con los Aprendices mientras tanto?
Pues trabajan, obedecen y callan; los verdaderos iniciados han visto la luz, algunos la siguen y otros simplemente se dejan sorprender con el resplandor. Cuando ves a un niño nacer, te fijaras que todos gritan y lloran, sin embargo algunos luego de unos minutos se quedan quietos como tratando de descubrir que ven sus ojos, algunos seguirán con los ojos cerrados y seguirán llorando; los primeros estarán pisando terreno firme, los segundos harán las cosas con temor; la iniciación es un paralelo exacto; algunos aprendices quieren ver un poco más allá de lo que sus ojos ven, mientras que otros simplemente no ven nada.
La simbología querido aprendiz habla por sí sola; todo el ritual está hecho para ser  despertar en ti sabiduría, no está hecho para ser estudiado por eso no necesita explicación sino comprensión.
¿Y el bufón?
Existe;  está ahí, se encuentra en la ignorancia, en la intolerancia, en la soberbia, en la avaricia, en la envidia y en aquel personaje que es hombre, que actúa como un profano aún dentro de estos Sagrados Templos y que al final es tan útil como cualquier símbolo.
 

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