miércoles, 9 de abril de 2014

Cuento: El equilibrio de Marcelo


EL EQUILIBRIO DE MARCELO
El domingo por la mañana mi hijo Joaquín me levanto muy temprano para ir a montar bicicleta; a regañadientes me levante ya que había tenido que acostarme un poco tarde la noche anterior; me incorporé y me alisté con la ropa adecuada para ello; Marcelo al ver esto salió corriendo y a pocos días de cumplir 5 años creyó conveniente salir y  acompañarnos en el paseo matutino.
Me animé a decirle que le sacaría sus ruedas de apoyo y aprendería a manejar de una vez sin esas rueditas. Me miro muy enérgico y me dijo que no, que se podía caer.
Lo abrace muy fuerte y le dije que no se caería porque lo iba a sujetar yo. No muy convencido accedió. Luego de un buen momento de sujetarlo del asiento hasta que ganara confianza y equilibrio al fin lo solté por un momento y el sin darse cuenta siguió su camino; no se percato en ningún momento que no lo sujetaba;  en segundos recordé mi primer día de bicicleta cuando mi padre hizo lo mismo, me soltó y pude así descubrir un mundo nuevo, el poder movilizarme mas rápido y poder ir a pasear un poco más lejos de aquel parque frente a mi casa.
Al volver en mí, me puse a correr y volver a sujetar el asiento de Marcelo para que no se percatara que lo había soltado. Luego se detuvo y me miró fijamente con sus negros ojos y desafiante me dijo: y cuando me vas a soltar.
En cualquier momento te suelto- dije - vamos a intentarlo nuevamente. Pues hicimos la misma maniobra y lo solté. Me quede mirando como Marcelo pedaleaba y pedaleaba solo; hasta que grito: estas ahí o ya me soltaste?
…………ya te solté;  dije con voz enérgica.
Inmediatamente note que puso el freno y se detuvo. Su mirada desafiante era ahora de temor y me dijo: porque me soltaste??
Pues tú me lo pediste y lo lograste solo. Luego de unos intentos más al fin pudo manejar solo la bicicleta un par de caídas y punto, no se dio por vencido.
Contentos al regresar a casa mi esposa emocionada lo abrazo y le dijo: lo conseguiste tú solo. Marcelo le respondió: bueno mi papa me ayudo un poquito pero al fin puedo montar bicicleta.
Por la noche y sentado frente a la chimenea; mi esposa se acerco y noto que me salían un par de lágrimas de los ojos: porque lloras, me pregunto.
Mirándola fijamente le dije: porque los chicos crecen y así como hay que soltarle las ruedas de la bicicleta, llegara el día que soltaremos los soportes que somos nosotros y tendrán que mantener su equilibrio ellos solos. En algún momento tomarán sus propias decisiones y tendrán que salir a defenderse solos y no estaremos nosotros para ayudarlos.
Claro que sí, siempre estaremos ahí, como es que tú has podido llegar a donde estas y tomar tus propias decisiones? Me respondió mi esposa.
La mire y le dije: Bueno mi padre me preparó para esto, supongo
Ves que está contigo; replicó- no está sentado a tu lado, pero te dio herramientas para que tú mismo camines solo; eso es lo que tenemos que hacer con los chicos, darles herramientas de vida.
Por un costado de apareció Marcelo y muy intrigado me dijo:
- Papa y porque cuando estoy manejando la bici, no me caigo?
- a eso se llama Equilibrio – Respondí.
Cuando estas en movimiento y a cierta velocidad puedes mantenerte firme y no caer. Todo lo que está en movimiento no puede caer nunca; algún día tú serás grande y tienes que hacer muchas cosas precisamente para que no caigas nunca. El día que dejes de moverte simplemente caerás.
El Hombre que está quieto y no hace nada es ese ser humano que tiene la vida estancada, aquel que constantemente está en movimiento y haciendo siempre algo es el que está en constante equilibrio.
Y un malabarista por eso se no cae papa? Dijo Marcelo.
Exacto, ves que si se queda en la cuerda puede caerse.
Ahora entiendo………………se puso en pie y salió corriendo
Una cosa más – alcance a decirle - no solo tienes que estar en movimiento sino que siempre debes mirar al frente, nunca mires atrás, eso sería peligroso, podrías tropezar con algo y caer.
Joaquín apareció y se sentó a mi lado y me dijo, y si le pones un espejo a mi bici, para mirar atrás?
Podría ser, pero el mirar a cada rato también te desviaría;  en realidad es mejor siempre mirar adelante y confiar en tu instinto de lo que ya dejaste atrás. Cuando seas más grande aprenderás que siempre es bueno mirar al frente, lo pasado ya no está, ya desapareció, las personas que viven constantemente mirando su pasado tienen una vida llena de tropiezos, por eso es que nunca avanzan en su vida y nunca llegan a ningún lado, siempre miran para atrás ¿Entendiste el mensaje?
Si, clarísimo. Gracias.
Marcelo regreso corriendo y con sus ojos grandotes y negros dijo: voy a regalarle estas rueditas a alguien  que los necesite, a partir de ahora ya no soy un bebe, son un niño y seguiré para adelante!!

1 comentario:

  1. Precioso relato en igual forma las experiencia y conclusiones a las que llega la familia través de la razón. Naturalmente donde la familia yace unida, las caídas los motiva. Buena intervención de los niños, la filosofía de Clara tu esposa es sabia así como la conclusión tuya. Un abrazo queridos parientes.

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