LA PELOTA DE MARTÍN
M:.M:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Martín recibió una pelota de futbol como regalo de navidad; con paños de color blanco y negro, de cuero puro y con una letra en uno de los cuadrados que le llamó mucho la atención; era una “G”, muy intrigado aquel niño de 12 años le preguntó a su padre que significaba, él sonriendo lo miró y le dijo: “Significa gol”.
Muy ansioso a la mañana siguiente solo esperaba ver los rayos solares para ir corriendo al parque y enseñar aquel maravilloso tesoro a sus demás amigos y poder compartir tan ansiado regalo. Una vez allí no quedó más que empezar el juego, luego de unos instantes de patear la pelota uno de ellos falló un tiro y el equipo de Martín recibió un gol. Muy enojado el niño cogió su pelota y se marcho a casa dejando a sus amigos muy decepcionados por aquella repentina actitud.
Al llegar a casa su padre lo esperaba y le pregunto sobre el juego, el niño le explicó lo sucedido y su padre muy sorprendido le dijo; acaso no te dije que esa G representaba Gol? El niño trato de excusarse dando su propia explicación de lo ocurrido. Su padre le dijo que las cosas no siempre salen como uno las planea, lo importante era la palabra que él debía recordar, que pase lo que pase siempre debe buscar ese gol que lo llenará de satisfacción. Le dijo a Martín que a la mañana siguiente vaya a buscar a sus amigos y les pida una oportunidad para poder jugar.
Pues a la mañana siguiente todos sus amigos volvieron al parque; esta vez erraron muchos tiros al arco y perdieron el partido. Al terminar Martín regreso a casa y le dijo lo ocurrido a su padre; perdieron el juego y no hizo el gol que le había prometido pero a pesar de ello se divirtieron mucho. Su padre quedó contento y le dijo que lo intente por una tercera vez, pero que ahora se fije bien que no solo se trata de un simple juego sino que también de esforzarse por sus amigos del equipo para lograr un objetivo en común, llegar al arco contrario y hacer ese gol tan ansiado.
Lleno de alegría y renovado en sus pensamientos Martín empezó ese juego nuevo, puso mucho empeño y trato de ver cuál de sus amigos estaba a tiro de gol, uno de ellos lo miraba ansioso y le dio el pase correcto que lo llevó al gol final. Un solo grito y júbilo de todos los pequeños al fin pudieron concretar ese gol que los lleno de alegría a todos; Martín emocionado los invito a su casa a tomar unos refrescos. Al llegar su padre los esperaba con una jarra inmensa y muchos vasos; el niño intrigado lo quedo mirando a su padre y le preguntó: Como sabias que íbamos a venir todos? Nos viste acaso jugando en el parque?
Su padre sonrió y lo miró a Martín a los ojos:
El primer día estabas lleno de ira y no te diste cuenta que habías abandonado a tus amigos, los dejaste muy tristes porque ellos no entendieron que llegaste con la idea de que tu solo querías hacer tu voluntad.
El Segundo día ya tenías más confianza en ellos y simplemente buscaste ser complaciente con el resto, hiciste que todos formen parte del juego en general y ya no solo del tuyo; ese momento diste de ti y cediste ante esa ira que te cerró los ojos el primer día.
El tercer día pensaste en que las metas no se logran por uno mismo sino es con ayuda de los demás, ya que solo juntos y unidos pueden mucho más y que el logro de uno es el bienestar de todos; es por ello que al final han logrado todos no solo estar contentos sino que han entendido el sentido de cooperación; es por ello que pensé que si lograbas entenderlo así, no solo vendrías a contarme lo ocurrido sino que me traerías a todos tus amigos para poder compartirlo.
Martín no salía de su asombro y de cómo su padre había conseguido con él cambiar su actitud con el resto de sus amigos; le pidió disculpas a su padre por haber tenido esa actitud el primer día.
Su padre le explico que cuando empezamos a hacer debemos pensar que un logro se consigue de a poco, dar el primer paso en nuestras vidas siempre es el más difícil, estamos llenos de dudas y de desconfianza, pero si aprendemos a apoyarnos en el pie correcto el segundo paso nos dará estabilidad y solo así saldremos del punto en que hemos estado estacionados; así el tercer paso lo daremos con plena confianza de que estamos en el camino correcto……………………..¿Ahora lo ves Martín?……….cada vez que hagas algo en tu vida recuerda siempre no solo estos tres días que te toco vivir, sino los tres pasos que te ayudarán en cualquier situación que te toque vivir más adelante: Paciencia, tolerancia y confianza.
Martín abrazó a su padre muy fuerte, no solo se reconcilió con sus amigos sino que consigo mismo logro sentirse mejor; se le acerco al oído a su Padre y le dijo: Papá en realidad yo pensé que esa letra “G” la habías puesto a propósito de los libros que siempre lees por las noches.
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