martes, 4 de marzo de 2014

Cuento: Llorando no se aprende

 
LLORANDO NO SE APRENDE
M:.M:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
El Domingo por la mañana lleve a los chicos al club para meternos un chapuzón en la piscina; luego de unos minutos, mi hijo Marcelo de 4 años haciendo gala de su destreza aprendida  en sus clases de natación,  me demostraba como ha aprendido a tirarse de cabeza. A un costado había una señora con un bebe de aproximadamente dos años en brazos dentro de la piscina y el niño no dejaba de llorar y llorar; luego de casi 20 minutos de aquella tortura de ver a la señora que a la fuerza quería meter al agua a su hijo; Marcelo se le acerco y le dijo a la señora:
- No se da cuenta que su hijo está llorando?
La señora con rostro impávido no le respondió.
Marcelo volvió a interrumpir a la señora
- Porque lo obliga a hacer algo que no quiere?
La señora muy mortificada ante la intromisión de Marcelo le dijo:
- El Tiene que aprender a meterse al agua.
Marcelo dio media vuelta y se sentó a mi lado: ¿Por qué papá esa señora lo hace llorar tanto a  su hijo?.
Pues porque no es consciente de las necesidades de su hijo, a ella no le importa lo que su hijo quiere sino lo que ella quiere – le dije.
Lamentablemente algunos padres – continué - obligan a sus hijos a hacer cosas que el resto hace porque simplemente creen que todos deben hacer lo mismo. Tú te diviertes en el agua y desde siempre lo has hecho, no solo lo disfrutas sino que eres feliz haciéndolo; si tú lloraras al entrar al agua lo primero que yo haría seria sacarte en el acto. No tiene sentido hacerte llorar. No me interesa hacerte llorar, a mí solo me interesa hacerte reír.
Entonces esa señora no quiere a su hijo? Pregunto Marcelo.
Si lo quiere, pero no lo respeta – le respondí.
Para poder enseñar a un hijo una conducta adecuada no solo hay que quererlo sino también respetarlo; y esto también  se aplica a cualquier persona en el mundo, no interesa quien sea, tu hijo, tu padre, tu amigo o simplemente una persona que pasa a tu lado; lo más lindo del ser humano es poder respetar a los demás no obligándolos a hacer nada en su contra; quizás ese niño estaría sonriendo si patea una pelota.
- A ese niño nunca le va a gustar el agua? Dijo Marcelo apuntándome con sus ojos grandes.
Con una sonrisa le dije: Lo más probable es que con el tiempo aprenda que el agua es inofensiva y no hace daño ni tiene porque producir sufrimiento.  El sufrimiento viene como consecuencia de una experiencia desagradable como el dolor; primero hay dolor y después hay sufrimiento. Recuerdas cuando tropezaste en tu patineta con el palo de escoba?
Sí, me caí y me hice una herida en mi rodilla - me respondió un poco triste.
Pues bueno esa herida te produjo dolor y ese dolor genero sufrimiento en ti. En las siguientes veces ya no tropezaras porque tendrás mucho cuidado con ese palo de escoba, no solo evitaras el golpe sino estarás evitando sufrir.
Joaquín mi hijo de doce años interrumpió: si,  pero a mí a veces me duelen las rodillas y no me he caído y me causa también sufrimiento, que me dices al respecto ah?
Sonriendo le dije – Exacto, es un dolor que ocasionan tus huesos al crecer; pues crecer duele y madurar como ser humano lleva mucho sufrimiento también porque aprendemos muchas cosas de la vida como la injusticia la cual debemos no solo evitar sino también combatir.
Joaquín muy pensativo me dijo: Entonces si una persona sufre sin dolor como ese niño que esta experimentando?
Simplemente disconformidad con la vida – respondí -Nunca identificará donde está el principio de su sufrimiento y cualquier cosa lo afectará en su vida; sufrirá por cualquier cosa y nunca identificara si ese sufrimiento viene por algo bueno o algo malo, simplemente estará molesto con la vida misma, esas personas desconfiarán de todo porque simplemente no saben si lo que tienen en frente causara dolor o no y a la vez no le importará tampoco el sufrimiento ajeno, porque simplemente nadie respeto el suyo.
Pero igual tenemos que aprender lo que es el sufrimiento? dijo Joaquín.
Me senté a su lado y respondí: Tenemos que conocerlo, solo se conoce lo que se experimenta; así además al conocer el lado del sufrimiento estaremos cada vez mas consientes de que eso es lo que también nos hace daño, pero si no lo identificamos eso también nos generará dolor y por consiguiente más sufrimiento.  Entraríamos en un círculo vicioso, dolor sufrimiento, más dolor y más sufrimiento; pero si identificamos el dolor de nuestro sufrimiento, lo revertimos y se acabó.
Exacto dijo Marcelo; por eso no he vuelto a caer por culpa del palo de escoba, inmediatamente salió montando su patín y se detuvo en el acto.
Me incorporé y le pregunte:
¿Sucede algo?
Hay una piedra muy grande,  papá……………. Ahora sé que cualquier cosa en el camino me podría hacer caer y me haría otra herida. A partir de hoy tendré cuidado con el camino.
Joaquín me dijo al oído- así se consigue la felicidad no? Esquivando las cosas que nos pueden hacer caer y causarnos daño?
En realidad evitando sufrir; la vida es muy bella, cada cosa que nos sucede es en realidad dolor, cualquier cosa; imagínate cuando tu naciste; mamá en el momento del parto tuvo mucho dolor, sin embargo al verte nacer empezó a reír y no paró hasta llorar de felicidad……………………ese dolor no era para sufrir sino para estar llena de dicha y felicidad.
Entonces el dolor es necesario para la vida?
Parece que sí; pero si ves nuevamente a ese niño que sufre y no sabe porque, ahora entiendes porque te digo que es importante diferenciar que es un dolor y que simplemente una experiencia de vida?.
Si, papá – dijo Joaquín - la próxima vez que me duelan las rodillas,  sé que estoy creciendo y seré tan grande como tu; ese no es dolor entonces, es simplemente que estoy yendo por buen camino.
Al escuchar estas palabras de mi hijo no hice otra cosa más que emocionarme y se empezaron a poner rojos mis ojos soltando unas cuantas lágrimas  y comencé a reír con las lágrimas en los ojos.
Mi esposa se acerco y sorprendida al ver mi rostro lleno de lágrimas  les dijo a los chicos:
- Se puede saber porque están haciendo sufrir a su Padre?
 

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