LA PREGUNTA DEL APRENDIZ
M:.M:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Hace unas noches recibí el correo electrónico de un Hermano Aprendiz con una gran interrogante: ¿Qué significado le daba yo al término… “Hombre Libre”. Se refería al libre pensamiento solamente o había algo más dentro de ese significado? En una carta no muy extensa procedí a darle una pronta respuesta:
Hace muchos años, los gremios de constructores solo aceptaban personas sanas y saludables; lo hacían ya que el trabajo de picapedrero implicaba una buena condición física, su trabajo durante años no solo le daba experiencia sino a la vez sabiduría en el uso y empleo de herramientas lo que lo hacía tributario con los años de ocupar un cargo más alto como el de maestro. Los constructores asimismo poseían un gran conocimiento en la geometría que con los años se convirtió en una forma de expresión divina, ya que los grandes proyectos arquitectónicos estaban orientados a representar una conexión mágica entre la tierra y el universo, lo que le valió al hombre para tratar de representar en la tierra una edificación en donde more o habite el espíritu divino de Dios representado en un principio en los templos dedicados a las Deidades antiguas.
Es pues que el hombre dio un paso gigantesco en la construcción y estos pequeños gremios llenos de sabiduría no solo Matemática sino divina, trataron de guardar esos secretos y seleccionar muy meticulosamente a los nuevos aprendices. Un secreto apareció y fue la forma como se diseñaban estos templos generando ese tipo de conexión de la tierra al universo haciendo estos lugares centros de culto y veneración.
Ser un constructor pasó de ser un simple picapedrero a ser uno de los oficios más secretos y valorados en aquellas sociedades antiguas. Los diseños y trazados de aquellas construcciones hechas por maestros constructores tenían siempre un grado de misterio y esoterismo, desde la orientación en la tierra acorde a los puntos cardenales hasta los sitios por donde la luz del sol debería de entrar; aspectos que el día de hoy para muchas personas pasan desapercibidos, pero que siguen vigentes ya que la relación astrológica no ha sido modificada en el espacio, simplemente tiene ciclos.
Con el correr de los años y el advenimiento de las cruzadas y el nuevo aire de oriente traído a Europa, las construcciones sufrieron un giro drástico; para guardar algunos secretos era importante ya no solo la tradición y la enseñanza de boca a boca sino que deberían emplearse algunos símbolos para que aquel constructor que viniese de lejos pueda reconocer e identificar donde se encontraba y que debía hacer.
Este secreto fue aún más importante ya que no solo el conocimiento en la matemática y las herramientas eran importantes sino el significado mágico que cada figura puesta en una construcción representaría al aquel insipiente masón o constructor. Luego de una etapa sombría en Occidente y casi con el extermino de gran parte de la población por la peste negra, era importante que las nuevas mentes y aquel conocimiento mágico y alquímico duren en el tiempo. El uso de símbolos en las catedrales se hizo entonces demasiado importante; pero no solo estaba orientado aquel símbolo a estas personas sino a aquellas a las que el interés en la ciencia era evidente, fue así que poco a poco estos gremios de constructores empezaron a aceptar personas no constructoras manuales sino intelectuales que le dieron el verdadero sentido a esa geometría Sagrada para poder aplicarla al verdadero Conocimiento.
El Renacimiento contribuyó con una causa aun más intensa que era el de colocar elementos externos de adorno a aquella simbología ya no en piedra sino en nuevas ideas y en símbolos iconográficos, surgen mentes brillantes como Leonardo Da Vinci y el Michelo Ángelo que en cada obra de Arte pudieron imprimir ese conocimiento y esa simbología solo entendida por aquellos constructores ya no solo de Templos sino de Almas. El pensamiento entonces fue el despertar de una época brillante pero solo entendida en su magnitud por unos cuantos, las sociedades secretas se hicieron fundamentales para poder guardar un secreto ancestral, un secreto solo develado a aquel que esté preparado para recibirlo………………….un iniciado.
Los ritos de iniciación empleados en el antiguo Egipto y redescubiertos por aquellos templarios cobraron vigencia, estarían desde ahí enfocados a aclarar la mente para ideas y percepciones nuevas, hacer que una persona entre en estado de muerte simbólica y renaciera a una nueva vida fue el motivo de estudio más grande de aquellos maestros Iniciáticos, hacer que una mente adormecida por la vida profana y terrenal se convierta en una mente ávida de conocimientos fue el reto más importante de la época. La transmutación primero de la mente y luego del alma se convirtió entonces en un verdadero propósito de vida.
Entonces, como transformar aquel hombre común en un hombre mejorado. Pues haciendo primero que su mente se aparte de todo prejuicio y dogma; entre en estado de libertad Plena en su mente, estudiar al hombre como realmente lo es, ver el propósito de vida no desde el punto de vista material sino espiritual: quien soy, de donde vengo y hacia dónde voy??.
Las sociedades secretas se empezaron a convertir ya no en solo un gremio de constructores sabios de la arquitectura sagrada y urbanista, se comenzaron a convertir en pequeños laboratorios, en donde convertir ese mercurio en oro fue la piedra filosofal del momento. Para ello se debía emplear también un hombre sano y en buenas condiciones, así como aquellos picapedreros iniciales; un hombre al cual es cuerpo no le sea un impedimento para que ahora pueda trabajar libremente su espíritu.
Ser libre entonces era solo cuestión interna, el estudio del alma, el estudio del perfeccionamiento humano debería ser el verdadero fin. Leonardo Da Vinci dedico parte de su vida al estudio del Cuerpo humano, a esa simetría de la parte física del hombre que le daría el verdadero camino hacia un estudio interno. En algún momento renegó de la parte sexual del cuerpo humano ya que no tenía relación con la armonía del resto del cuerpo y mucho menos con su alma. Era importante entonces diferenciar la belleza de lo grotesco; decía que el ser humano cuando exaltaba la belleza de los genitales se transformaba en un ser decadente y completamente horrible. Este fue un punto de partida muy importante en el curso de las sociedades secretas que fue el control absoluto de esa parte la cual al hombre lo hacía caer en las bajas pasiones.
En la antigüedad la Parte sexual del hombre era ocultada, los antiguos iniciados usaban un mandil o delantal precisamente como el mayor símbolo a dominar. EL Michelo Ángelo en su capilla Sixtina expuso ángeles y figuras con una simetría y belleza única sin embargo exhibió el cuerpo completamente desnudo como símbolo de Supremacía, el hombre no debería ocultar esta zona pero allá en el llamado Cielo o paraíso eterno. Cierta vez le preguntaron cómo es que realizaba esculturas tan bellas y con tanta armonía, el respondió: Yo soy el instrumento que quita las imperfecciones a ese mármol, la escultura está adentro ávida de ser mostrada. Esta Respuesta a los masones nos recuerda el trabajo diario que se llama “desbaste”.
Con el correr del tiempo y hasta nuestros días la simbología ha sido adoptada por la masonería como una forma de vida; entrar en un templo Masón como un profano y salir como un Iniciado es precisamente haber entrado en estado de muerte simbólica; empezar el verdadero trabajo que es con el cuerpo, quitarle las imperfecciones y los vicios que ha aprendido en la vida terrenal y dejar solo aquella obra divina que es “un hombre lleno de virtudes”. Pero ¿somos conscientes de esas imperfecciones? Miremos a nuestro alrededor, el cigarrillo, el alcohol, la gula, la mentira, etc. Cuando un masón se refiere a imperfecciones es eso, estos vicios son eso precisamente, cuando el hombre domina esta parte que es la corporal la mente queda libre y preparada para el siguiente paso que es sacar el conocimiento que llevamos dentro.
Ser un hombre libre, Querido Hermano Aprendiz es pues que cada vez tus requerimientos corporales sean menos importantes ya que ellos te acercan a la tierra, liberarte de ellos es empezar a comprender lo que hay dentro de cada uno de nosotros, es comprender que cuando hablamos de vicios estamos refiriéndonos a lo material y corporal; mas cuando hablamos de virtudes examinamos la parte espiritual. El trabajo del Masón como librepensador es precisamente eso, buscar en la mente ese conocimiento ancestral, ese secreto que solo se es revelado a cada uno el día de su iniciación, ese día que queremos ver la luz, ese instante en que el estado de muerte simbólica empezamos a buscar el verdadero sentido a nuestras vidas, ese despertar a una nueva vida que nos recuerda que nacimos de igual manera con la mente limpia, que debemos trabajar en separar lo material de lo espiritual en nuestra vida, separar el cuerpo del alma y aprender que nuestro cuerpo tiene requerimientos y no necesidades y que nuestra mente tiene necesidad de conocimiento y no limitaciones.
Hablar de ser un Librepensador es el verdadero trabajo del Masón.
B:.R:.L:.S:. Integración N° 149
Vall, de Lima, Julio del 2013 e:.v:.
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