jueves, 7 de marzo de 2013

el regalo esperado

EL REGALO ESPERADO
M:.M:. Gerardo Antonio Bouroncle Mc Evoy
Cuando era pequeño una de las costumbres más grandes que recuerdo es la de las navidades con mi abuela; la tradición implicaba irse a la cama temprano en Nochebuena y despertar el día 25 lleno de regalos al pie de la cama. Hoy suelto una que otra lágrima cada vez que recuerdo aquella moto de juguete que mi tío Alfredo me regalo cuando aquella navidad tenía solo 9 años.
El tío Alfredo pasaba gran parte de su tiempo libre visitando mi casa y llevando a mi abuela que era una mezcla de la reina Victoria con Madona, es decir que tenía todo el garbo de la realeza pero a la hora de jugar con sus nietos era tan alocada como ellos. El tío Alfredo tenía una costumbre muy original; al tener tantos sobrinos y ser tan cariñoso se daba el trabajo de a lo largo del año de ir comprando los regalos que nos daría en navidad; los guardaba cual tesoro y ese día los recolectaba para ese gran evento. Esta costumbre nunca el dejó, aun siendo grandes ya todos sus sobrinos.
Muchos años después y ya grandes todos empezamos a perder un poco la emoción de los regalos navideños y se convierte ello en simplemente un acto de regalarse los unos a los otros. Cuando estaba en la universidad tuvimos una noticia terrible, el tío Alfredo había sufrido un infarto y estaba hospitalizado. Cuando lo fui a visitar, estaba recostado en su cama hospitalaria, con una gran sonrisa, me miró y me dijo:
“Cuando salga de aquí, voy a volver a Teatro, tengo que volver a actuar, mi vida no tiene sentido sin mi público”.
El tío “Alfredo Bouroncle” un gran actor. Dejo las tablas por unos años por dedicarse a los negocios; sin embargo, la vena artística que tenía seguía latiendo como en sus años de esplendor; unos meses antes había estrenado una obra de teatro: “Celos”, aquella noche de estreno cuando se apagaron las luces, mis lágrimas no cesaron, una magistral actuación que me puso los pelos de punta y aplaudí hasta el cansancio.
Sin embargo no pudo cumplir su promesa, unos días después del primer infarto tuvo un infarto fulminante y falleció. Creo que ese ha sido el momento más triste de mi vida, fue la primera vez que enfrente la muerte de manera tan directa, ver un ser tan querido ya sin vida.
Unos meses después descubrimos con mi Padre en su habitación un baúl viejo que tenía; había en él muchos paquetes y en cada uno de ellos una tarjetita. Con gran asombro vi que eran esos regalos que hasta ese entonces estuvo comprando para sus sobrinos, con lagrimas en los ojos alcance a ver uno que tenía mi nombre, tembloroso y casi con la vista nublada por mis lágrimas rompí aquel papel de regalo……………era un libro: “El diario de Ana Frank”.
Al abrir la contratapa había una dedicatoria: “Cuando termines de leer este libro te darás cuenta que pase lo que pase, debes seguir adelante, solo la muerte detendrá tus pasos mas no tus sueños que perduraran en el tiempo”…….tu tío Alfredo.
Hoy después de tantos años sigo recordando cada palabra escrita ahí, ese regalo no solo me ha servido para comprender muchos aspectos de mi vida; descubrí que cuando una persona hace un regalo envía más que un objeto, nos da mucha sabiduría, puede ser un lápiz de madera, un reloj costoso o cualquier objeto inanimado; sin embargo cada obsequio dado por otra persona tiene un significado y un valor, es decir que nada es inútil ni inerte, todo lo que nos rodea tiene un sentido. Un regalo por más raro que parezca en ese momento tiene un significado real y profundo, muchas veces recibimos algo y lo tiramos por ahí o lo guardamos y queda en el olvido:
-“No es lo que nos dan sino como lo recibimos” me decía siempre mi abuela.
Hoy por la Noche en mi puesto en Logia alcance a Oír que un Hermano dijo: “Agradezco el regalo espiritual recibido el día de hoy”
Agradecer el trabajo de un hermano es como recibir un regalo; si yo te regalo algo y crees que es algo inútil lo más probable es que lo guardes y como piensas que no te va a servir trates de deshacerte de él dándoselo a otra persona y así no lo veras mas. Un regalo si en bien recibido se le da buen uso y nunca lo sueltas………………………..Eso es el trabajo de un Hermano, un regalo……………….lo aprendiste y lo asimilaste? Pues úsalo en tu vida diaria; pero si no sabes de lo que habla ese hermano, en menos de 5 minutos ya lo habrás olvidado o lo habrás tirado en un baúl lleno de cosas que creíste que nunca te servirían…………pero que quizás está lleno de Sabiduría.

1 comentario:

  1. Hola soy Valeria hija de Maritza Valencia Bouroncle, y siempre supe del Tío Alfredo , mi mami quien hoy está reunida en el cielo con el y mi abuelita Irma Bouroncle , siempre me hablaba de él con mucho cariño y me contó de los regalos navideños que el hacia a sus sobrinos como bien relatas en tu texto, que lindo!. Me gustó mucho tu relato y lo encontré de casualidad buscando info.saludos!

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