EL DEDO DE LA ACTITUD
M:.M:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy
Si hay algo dentro de la alimentación que nunca me gusto fue el hígado encebollado que preparaba mi madre una vez al mes; siendo una gran cocinera, maestra de la Cocina y repostería con cientos de alumnas en su haber, tenía que tener un punto flaco y era ese hígado encebollado que nunca lo pude tragar. A pesar de los elogios de mi padre y de todos los comensales, ese ha sido el único potaje al cual me negaba comer.
A los diez años es muy difícil sentarse a la mesa y decir “esto no me gusta”,pertenezco a una generación que se sentaba a la mesa y si se me ocurría preguntar: que es esto? La respuesta era “come y calla”. Así que con el dolor de mi corazón y mis pocas opciones tenía que sentarme frente a la mesa y tratar de imaginar que no era hígado y se trataba de un apetitoso churrasco.
Cierta tarde a la hora del almuerzo, mi abuela noto que mientras todos estaban terminando de almorzar, que yo no había ni siquiera empezado, se me acerco al oído y me dijo: No te gusta el hígado?
Dentro de mí pensé que igual cualquiera que fuese mi respuesta el camino solo estaba en comerlo. Sin embargo mi abuela me miro muy tiernamente y me dijo: No lo comas, simplemente enfrenta la realidad, dile a tu mama que no puedes comerlo y que por favor te prepare otra cosa.
Con el mayor de los escepticismos vi a mi abuela a los ojos y le dije: y tú crees que lo va a hacer? Pues claro que no abuela, estás loca?
Empezó sonreír la abuela y me dijo: Tu solo te has limitado a decir, no me gusta……………mas nunca le has dicho a tu mamá, podríamos cambiarlo por otra cosa?
Era cierto; siempre era el pleito de que me sentaba a la mesa y no me gustaba y me negaba a comerlo; en ese momento mi actitud era completamente de negación y no quería dar mi brazo a torcer acabando siempre en lo mismo; una reprimenda y nada de televisión hasta el día siguiente.
Mi abuela me dijo:
Ves mi mano?- pues si respondí; notas algo raro? Con cierto temor y duda dije: no.
Pues bien, si te das cuenta yo tengo un dedo gordo, y si te pones a pensar, los seres humanos somos los únicos en el plantea que lo tenemos (salvo los primates, pero ellos no cuentan porque tienen falanges muy largas); entonces este dedo es el ejemplo más claro de la Evolución del hombre, con ese dedo podemos hacer una pinza y tener movimientos finos y coger cosas como ninguna criatura del planeta; te das cuenta que somos únicos? Nadie en el planeta tiene la capacidad de coger algo con sus manos y de manera tan selectiva como el Hombre.
La mire mas desconcertado que antes, ¿y eso que tiene que ver con mi hígado?
Pues bien, me dijo; el hombre es el único ser en el mundo que no solo puede coger gracias a ese dedo sino que también puede darse el lujo de “escoger” lo que quiere y lo que no; esa capacidad de decisión se llama el libre albedrio; tú puedes decidir esto o aquello, pero para poder hacerlo correctamente necesitas“Actitud”. Me vas entendiendo?
Para nada- fue mi respuesta- sigo sin entender que tiene que ver el hígado acá?
Mi abuela siempre fue una mujer sabia, pero esta vez me había confundido por completo.
Mira-me dijo-el hombre tiene dos cualidades especiales sobre el resto de los seres del mundo; el Pulgar y la Actitud; pero al final son lo mismo; si con tu mano puedes coger y escoger lo que puedes llevar a tu boca, te imaginas que con tu actitud puedes también escoger que es lo que necesitas para vivir?
Una luz se prendió en aquel momento-“claro!!! Fue mi respuesta- es decir que si no uso correctamente mi mano puedo afectarme a mí mismo y si la uso correctamente puedo ayudarme teniendo una mejor actitud?
Exacto, eso es lo que debes entender- dijo mi abuela; es cuestión de Actitud.
En ese momento ante el asombro de mi madre y luego de escuchar esta charla con la abuela, mi madre con una sonrisa en los labios me dijo: Deseas algo?
Muy decidido le dije a Mamá: Se que eres una muy buena cocinera y todo lo que me preparas me encanta, pero no me gusta el hígado, podrías solo por este dia cambiarme el menú a mi?
Los ojos almendrados de mi madre son siempre tan expresivos a la hora de mirar a sus hijos siempre, pero aquel día creo que brillaron más que nunca; se puso de pie cogió mi plato lo llevó a la cocina y en menos de 5 minutos me trajo un plato de fideos.
Mi abuela al mirarme me dijo: Ves que esa actitud que tuviste tan positiva tuvo una respuesta positiva? Recuerda siempre tu mano y ese dedo gordo, esa actitud es la que marcará el rumbo de tu vida, porque esa mano es la que sirve para ayudarte a ti en tu conducta. Un ser humano siempre necesita una mano para salir adelante y si miras al extremo de tu brazo, te darás cuenta que ahí está esa mano para ayudarte que es la tuya.
Con gran asombro me miré la mano y le dije a la abuela: Y la otra mano?
Sonriendo me dijo: Es para ayudar a otra persona. Recuerdas que debes amar a tu prójimo como a ti mismo? Pues eso es exactamente lo que debes tener en cuenta; tienes que amarte a ti mismo, tienes que ayudarte a ti mismo primero y tienes una mano para eso; luego tienes otra mano para ayudar a otra persona y darle amor.
Hoy; casi treinta y cinco años después de aquel día me emociono tanto al recordarlo y de aplicarlo en mi vida, mi abuela no se equivocaba cuando me decía que la actitud y el dedo gordo hacen la diferencia, debe ser por eso cuando alguien tiene una buena actitud uno pone el dedo pulgar hacia arriba en señal de aprobación.
Feliz Pascua a todos!!!!!